Comentario
Desde 1939, la estrategia británica consideraba que la seguridad en el Mediterráneo era prioritaria respecto al Extremo Oriente, y dejó su defensa con pocos recursos. Hong Kong contaba con una guarnición de cuatro batallones ingleses y dos canadienses, y fue atacado el 8 de diciembre por 12 batallones japoneses actuando desde el continente y muy bien apoyados por la Aviación y la artillería.
Los cálculos del Estado Mayor británico consideraban que la guarnición podría resistir unos tres meses, pero al día siguiente del ataque los británicos retrocedieron a la línea Gindrinkers, en la península de Kowloon. La acometividad japonesa obligó al abandono de la península, y la guarnición se refugió en la isla de Hong Kong.
Mientras los ingleses defendían el canal que les separaba del continente, un ataque japonés penetró en la isla por el norte e hizo imposible la defensa. Entre el día 25 y 26 de diciembre, los 12.000 hombres de la guarnición cayeron prisioneros.
En aquel diciembre de 1941, la invasión se extendió como una mancha de aceite. El mismo día 10 en que se hundieron los buques ingleses Prince of Wales y Repulse, los japoneses tomaron la isla de Guam y desembarcaron en Luzón: El 16 lo hicieron en Borneo y el 24 tomaron Wake.
Y ya para entonces acosaban Singapur...